lunes, 16 de noviembre de 2009

1944




• El día D

El 5 de junio de 1944, un gran contingente aliado atacó las bases militares nazis en Normandía. Luego de horas de combate los aliados ganan parte de la bahía y luego de varios días pudieron desembarcar en Normandía más de un millón de soldados y 170 mil vehículos blindados. Tras la derrota en Normandía los alemanes empiezan a perder los territorios conquistados y para mal de males en abril del 45 los rusos llegan hasta las afueras de Berlín.


• La batalla de las Ardenas.

Hacia finales de 1944 la situación de Alemania era desesperante en todos los frentes y el Tercer Reich de los mil años se derrumbaba indefectiblemente ante el avance despiadado de los ejércitos aliados. Desde todos los puntos cardinales de Europa los ejércitos aliados avanzaban hacia Berlín, capital y símbolo del Reich alemán. Sin embargo, Hitler tenía todavía reservado un último gran ataque para tratar de revertir o al menos retrasar la hecatombe final.


Desde el mes de septiembre, Hitler había planeado un contraataque en el sector de las Ardenas concentrando una formidable fuerza al mando del general Rundstedt. Tres ejércitos con más de 250.000 hombres, 11 divisiones blindadas, 2000 tanques y tres mil aviones intentaban repetir los éxitos de 1940 contra los franceses: deberían abrirse paso por las Ardenas, cruzar el Mosa y luego dirigirse al norte para conquistar Amberes. Si conseguían alcanzar el mar, los aliados quedarían partidos en dos, con sus ejércitos atrapados en Holanda y Bélgica, sin posibilidad de retirada o escape, y todo el frente aliado quedaría desmantelado. Para facilitar el avance de los tanques y la infantería, se lanzaron paracaidistas, saboteadores y tropas que hablaban inglés con uniformes norteamericanos para atacar los puntos claves, crear la confusión en la retaguardia americana y apoderarse de los puentes del Mosa.

El 16 de diciembre por la mañana los ejércitos de Hitler lanzaron un feroz y sorpresivo ataque sobre un frente de 80 kilómetros, entre Monschau y Echternach. La sorpresa táctica fue completa y la abrumadora superioridad germana irrumpió a través de las líneas americanas, avanzando hacia el Mosa.



La última genialidad táctica de Hitler causó estupor entre los aliados, quienes emprendieron una desordenada retirada; algunas divisiones se pegaron al terreno y resistieron el ataque alemán con una tenacidad a toda prueba. El mal tiempo impidió la acción de la aviación aliada y la batalla se centró en el dominio de las carreteras. Como el terreno de las Ardenas es escarpado y cubierto de espesos bosques, las fuerzas mecanizadas quedaban confinadas en las carreteras, cuya red era de por sí bastante reducida.
En una lucha desesperada, la VII división blindada norteamericana aguantó en Saint-Vith durante siete días contra un demoledor asalto alemán, demorando el avance enemigo hacia el Mosa hasta que finalmente el 21 de diciembre quedó cercada. El 20 de diciembre los alemanes cercaron Bastogne atrapando a 18.000 soldados norteamericanos. Los alemanes, cuando estaban a solo 48 kilómetros del Mosa, en el este de Dinant, fueron frenados por una rápida y violenta reacción norteamericana.
En una brillante maniobra de siete días, el general Patton hizo evolucionar el frente del III ejército en dirección al Norte, contra el saliente alemán atacando el flanco izquierdo del enemigo. El I Ejército de Hodges y el IX Ejército de Simpson atacaron, a su vez, el flanco derecho de los alemanes estrangulando el saliente de las tropas de Hitler. El 22 de diciembre la aviación aliada bombardeó y ametralló incesantemente el frente y la retaguardia alemana. Al día siguiente, los tanques de Patton abrieron una cuña entre los alemanes que cercaban Bastogne, obligando la retirada de las tropas de Rundstedt hacia el Este. A finales de enero de 1945 se terminaba la batalla de las Ardenas y las líneas aliadas volvían a ocupar las posiciones previas al ataque inicial. Los alemanes habían sufrido 90.000 bajas contra 77.000 bajas norteamericanas. Con este ataque casi póstumo, Hitler agotó sus últimos recursos y aceleró la caída de su Reich de los mil años.

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